A inicios del año 2021 fue despedido un profesor de secundaria en Madrid debido a la acusación de tres alumnas, que presuntamente habrían recibido mensajes inadecuados de su parte. Por ello, tomaron la decisión de informar a la dirección de la institución el hecho, lo que llevó a retirarlo de su cargo. Sin embargo, el juzgado ha determinado que el despido es improcedente a falta de pruebas, entre otras incongruencias.
El fallo indica que el centro educativo estimó como veraces los testimonios de las alumnas, tomando la apresurada medida de despedir al profesor. No obstante, el mismo llevaba más de dos décadas prestando sus servicios en la institución sin manifestar ningún comportamiento poco profesional hacia sus colegas o estudiantes. Pero sin tomar en cuenta estos factores, el colegio además de despedirlo formuló una denuncia en su contra en la Fiscalía de Menores.
Dicha denuncia fue cancelada por la falta de evidencia que culpara al profesor del hecho expuesto. Encontrando además contradicciones en las declaraciones de alumnos y otros profesores, que manifestaron diversas versiones de lo ocurrido.
El abogado encargado de defender al profesional de la educación apoyó su defensa precisamente en la carencia de pruebas que poseía el caso. Además puntualizó en el hecho de que el despido fue comunicado sin estudiar el problema ni verificar su veracidad. El retiro de su puesto no cumplió con los protocolos establecidos por la ley, perjudicándole de manera psicológica, moral y económica.
Es importante tener en cuenta que una amonestación o despido en el área laboral debe efectuarse siempre que el motivo de considerarlo sea evaluado a profundidad. En caso de probar la falta, la sanción debe ser proporcional a la gravedad del hecho. Por esta razón no se permite una acción repentina hacia el trabajador, sin haber analizado todos los factores, objetivos y subjetivos del caso.
Tomando esto como base, el juzgado concluyó que no existe ningún tipo de incumplimiento a las cláusulas estipuladas en el contrato firmado con la escuela. Se trata de una situación injustificada que no amerita el despido disciplinario del individuo.
Es entonces la demanda de despido improcedente por variadas razones. Los testimonios de las alumnas no pueden comprobarse, existe discrepancia en la declaración de los involucrados, el hecho carece de pruebas y testigos. Desacreditando así las razones expuestas en la carta de despido entregada al profesor. La misma no resulta convincente y carece de firmeza, ya que los supuestos hechos ocurridos y condenados, no fueron investigados.
La sentencia lleva a la institución a devolver a su puesto al profesor, en las mismas condiciones laborales plasmadas en el compromiso contractual previo a su despido. En caso de no hacerlo, deberá ser entregada una considerable indemnización por falta de coherencia en las declaraciones, por omitir el protocolo establecido para estos casos y por el perjuicio causado.
Este tipo de situaciones ocurre por desconocimiento de las leyes. Al realizar un despido injustificado, trabajador y empleador pasan por un momento incómodo en el que la empresa puede resultar perjudicada. Por esta razón es necesario proceder de manera adecuada, y para ello existen empresas como DespidYa. Que se encargan de buscar la procedencia, siempre legal en el despido, orientando a miles de empresarios en España en este difícil camino.